Cataluña/España: el peligroso camino hacia el autoritarismo

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Como la pintura del artista Catalán Salvador Dalí, líderes separatistas y el Gobierno Central parecen estar tomando grandes decisiones, sin embargo sostenidas por unas piernas muy finas dentro de un desierto político (también a nivel Europeo y global). El camino por venir está pleno de riesgos, peligros e incertidumbre sin pilares sólidos que los puedan sustentar. -aunque la visión desde lo alto sea prometedora y ambiciosa-. Es bastante obvio que ambas partes no están ubicados en la realidad con visión y sentido de integración. En lugar de ello, un escenario dramático está guiando sus decisiones: desde el Gobierno central con amenazas, violencia y un sostenido “no” a negociar –incluso a dialogar- sumado al uso de un vocabulario paternalista para referirse a los líderes separatistas. Estos últimos con una visión poco clara sobre lo que supone un proceso de independencia y su impacto -particularmente para el mercado financiero-.

 En términos culturales, España es un país que arrastra con la pesada carga de una guerra civil, en donde profundas diferencias se mantienen hasta hoy en día. En efecto, un país con dos –o más- visiones filosóficas sobre una misma sociedad transforma la ciudadanía en extrema y con posiciones irreconciliables y opuestas. Es fácil ver reminiscencias de la era de Franco en muchos pueblos y también en posiciones políticas de la gente española. El reciente acto de violencia del gobierno en Cataluña expone una vez más que todavía permanece el espíritu de la dictadura y la convicción de que, sin diálogo, los ciudadanos Catalanes deben moverse hacia la “Unión”. El Presidente M. Rajoy insiste en su posición: “la Unión de España no es un tema de negociación”. Una posición que también mantuvo durante el tiempo que no hubo gobierno y en donde fueron incapaces de formar una coalición. Una actitud política en donde la verticalidad es la única respuesta y no la democrática horizontalidad del diálogo y la negociación.

 Miles de veces durante este controversial proceso hemos escuchado desde el Gobierno Central que: “este Referéndum es ilegal”, lo que es cierto de acuerdo a la Constitución. Sin embargo, el siguiente dicho no lo es: “este Referéndum va en contra de la Democracia”. La Democracia es el “poder del pueblo” por definición y un Referéndum es su máxima expresión. Pero qué es lo que hacemos con una demanda ilegal de votantes pacíficos dentro de un sistema democrático? Sin duda, un cambio es un imperativo. La ley no es solo un marco para el Estado de Derecho pero también un cuerpo que representa las necesidades de sus ciudadanos. Es precisamente un cambio de tradiciones y circunstancias que hacen que la ley se adopte acorde con dicha evolución. Lo que nos lleva a la conclusión de que, si la mayoría de los ciudadanos Catalanes demandan una separación, la Negociación es la salida para finalmente reformar la ley, -en este caso la Constitución- y que se adapte a las necesidades de esas personas.

La cultura es el otro elemento a tomar en cuenta y supone una buena razón para revisar todo el sistema. Si la ley no refleja los cambios que una sociedad experimenta se vuelve obsoleta y crea miedo y descontento permanente. Además, si esas iniciativas son combatidas con violencia en contra de personas pacíficas, genera más furia y más rechazo. Es importante ver el contexto emocional de la gente Catalana que en menos de dos meses ha sido sometida a violencia externa e interna. Si la violencia externa fue difícil de prever, la violencia interna es definitivamente evitable y no puede ser un recurso para un asunto democrático, como es este caso. De hecho enviar policía anti-disturbios no es la respuesta para lo que el Gobierno Central define como referéndum “ilegal”. Primero de todo por que es un asunto político que va mas allá de los aspectos legales. La decisión de llamar a las fuerzas de seguridad lo confirma. Si no, si fuera un asunto de legalidad estrictamente el proceso sería completamente diferente y el referéndum pacíficamente realizado sería sometido a la anulación de sus resultados sin mayores consecuencias. El uso de la fuerza demuestra el miedo del gobierno de parar un proceso democrático que está pidiendo cambios al Gobierno Central y expone así su debilidad.

Ambos partidos Ciudadanos y PP están mostrando reminiscencias de la pasada dictadura que en vez de utilizar recursos como Negociación y Diplomacia están intentando resolver diferencias políticas a través de la presión y la intimidación.

Además, y pese a las equivocadas asunciones por parte de Rajoy, no hay respaldo de la comunidad internacional y/o líderes Europeos en este proceso. De hecho líderes como Guy Verhofstadt, Charles Michel o Jeremy Corbyn han expuesto claramente su condena al uso de la violencia para resolver controversias legales.

 Si había alguna duda sobre un proceso de Independencia, luego de la violencia lo han dejado claro: los líderes de Cataluña tienen suficientes razones para estar profundamente en desacuerdo en métodos y filosofía, incluso si el precio a pagar es estar fuera de una Nación a la que han pertenecido históricamente.

 Es también cierto que sin un modelo alternativo, Cataluña se moverá a través de la buena intención, la euforia y el sentimiento de “estar fuera de la amenaza”, que definitivamente no lo llevará hasta una libertad sostenible como la que están buscando.

Nada distinto a Brexit, aunque sin el elemento xenófobo y racista, pero el mismo ánimo en donde los sentimientos, más que los modelos alternativos dominan el escenario. Una decisión de este calibre necesita ser calculada cuidadosamente, sin embargo no parece ser el caso y un reacción defensiva –tal vez lógica- está guiando el proceso sin medir las consecuencias. Ya está sucediendo y entidades financieras como Sabadell o Caixa están moviendo sus sedes centrales –incluidas su residencia fiscal- de Cataluña bajo una nueva regulación que el Gobierno aprobó para facilitar su movimiento.

Si la idea de los líderes Catalanes era proveer de un marco de seguridad para su gente, han fallado y la incertidumbre traerá consigo más miedo.

 Qué está llevando al Gobierno español a sentir miedo al punto de usar la violencia como su único recurso a través del envío de policía anti-disturbios a un evento democrático con votantes pacíficos?

 Una de las argumentaciones es que sienta un “mal precedente” para la Unión nacional y Europea. Sin embargo, con un modelo alternativo inteligente que provea de seguridad a través de un buen acuerdo y un proceso de negociación justo no hay nada de que temer, es solo otra Nación bajo nuevas reglas y medios de integración.

El verdadero elemento para estar preocupado es aquella iniciativa que no proviene de los ciudadanos de Cataluña pero de otros intereses, como en Brexit, en donde una agenda racista y xenófoba fue el objetivo para un proyecto aislacionista que no ha medido sus consecuencias y que va adelante sin un modelo/agenda alternativa tangible.

Las voces de miles de ciudadanos deben ser escuchadas incluso si representan una minoría. En una Democracia tiene que haber mecanismos que contemplen dichas demandas –si no van en contra de derechos humanos- y les den solución. Es cierto que al final el poder de la mayoría decide sus destinos pero nunca sin ser escuchados de antemano. Sin duda, la violencia no puede ser parte de ello…

Dichos tales como: “irresponsable”, “asustados”, “que han perdido la cordura”, “locura”, “fuera de la realidad”, “olvidar sus obligaciones”,etc., fue el tipo de vocabulario usado por representantes del Gobierno Central. Un lenguaje paternalista que para nada encaja en un debate político y está destruyendo toda posibilidad de un canal de diálogo –de hecho, negando la necesidad de un proceso de Negociación-. Es un profundo error político que va mas allá de una estrategia equivocada para resolver una crisis nacional. El no al diálogo y la negociación nunca puede ser la respuesta en una Democracia para las demandas de sus ciudadanos, incluso si el Referéndum no está legalmente concebido en el marco legal actual. Una minoría que pide cambios es un signo de que el sistema necesita ser cambiado y sus ciudadanos una salida para sus demandas.

 Un Referéndum que no está contemplado en la Constitución no supone un proceso anti-democrático o una demanda que carezca de legitimidad, representa una transformación cultural de una sociedad que está empujando a los cambios (dentro de España o no). Incluso aunque no se tenga claridad de la oportunidad que supone en esta nueva era para el Gobierno Central y de la urgente necesidad de cambiar la Constitución -luego de un proceso de Mediación externa-.

El fracaso en obtener resultados desde el Gobierno Central ha generado desconfianza y confrontación.

Donde no hay lugar para el diálogo, no hay liderazgo.

 La MEDIACION de la Unión Europea es ese elefante con patas gruesas que puede cambiar y resolver los intereses de Cataluña y el Gobierno Central en una pradera de oportunidades en donde las minorías sean escuchadas en sus demandas. Democracia.

 

 

*Los Elefantes, de Salvador Dali, 1948

 

6 thoughts on “Cataluña/España: el peligroso camino hacia el autoritarismo

  1. Tu artículo es muy bueno y lo podria firmar si no le faltaran detalles importantes. Se olvida que el gobierno español, con razón, o con menos razón después del uso de la violencia, está defendiendo mucho más que la legalidad. Si bien es cierto que una parte importante de los Catalanes que se manifiestan lo hacen por cansancio ante un gobierno autoritario y corrupto, otra parte de esos dos millones, se manifiesta por motivos que contienen elementos xenofobos y racistas para con el resto de los españoles, absurdo si conocemos la historia de España y que más de dos tercios de los Catalanes tienen su origen en el restos de territorios de España. Esto es algo difícil de entender desde fuera para los que no ven las pintadas de españoles fuera y los escraches y acoso de los independetistas a las sedes de partidos que consideran invasores de otra tierra, no representantes legitimos de gran parte de su población que no votó porque no reconocia la legitimidad del gobierno independentista, que dicho sea de paso tiene la mayoría en el parlamento catalán, pero no representa sino a un 39% de sus ciudadanos. Esa es la tragedia, que no es Cataluña la que quiere separarse de España, sino mas o menos la mitad de su población, sin importarle si al resto esto les gusta o les asusta. El gobierno esta asustado por una buena razón , el miedo que les contagia esa mitad de la poblacion que ve como un gobierno catalán que representaba a una minoria ahora y con los fuertes elementos de propaganda que le han dado sus instituciones de autogobirerno durante cuarenta años , ha dividido una sociedad por dos y esta preparada para avanzar su proyecto unilateral sin tener el consenso en su propia sociedad. La sociedad internacional es cauta , y deberia seguir siendolo. Muchos intelectuales de izquierda apoyan ahora un movimiento que ha logrado hacer una campaña de victimismo de manera efectiva gracias a un gobierno central torpe. Pero cuyos elementos no difieren mucho de los del Brexit, excepto porque la agenda de sus partidos es de izquerda. Hay que recordar a todos estos intelectuales un poco de historia. Y es que los totalitarismos no tienen ideologia, los ha habido de derechas y de izquierdas. Mucho cuidado con lo que apollamos sin conocer en detalle el contexto.

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    1. Gracias por su comentario Ana Rosa, nada de lo que Ud. expresa entra en contradicción con mi posición. Me he opuesto a movimientos como Brexit, populistas o con raíces de fanatismo nacionalista muchas veces. De hecho tampoco apoyo ni creo que la independencia de Cataluña traiga ningún beneficio directo a sus ciudadanos mas allá de la canalización de frustraciones frente a un Gobierno Central débil y con multiples casos de corrupción. No obstante, ese porcentaje -que Ud determina en un 39%- son ciudadanos que tienen derecho a expresarse y es precisamente eso lo que supone una democracia. Y si ganaran se enmarcarían dentro de “la tiranía de la mayoría” .Si son una minoría y este movimiento no representa a los Catalanes entonces porqué no un Referendum legal que termine de una vez con el debate?

      A ello se suma que los medios y formas utilizados por lo líderes independentistas dista mucho de ser hábil y han demostrado un manejo pésimo-sector financiero.- Por lo que el ejercicio de Democracia y escuchar a minorías tiene que estar asegurado, y la gestión desde la Monarquía y el Gobierno Central no solo no es democrático sino que es un acto de represión (así también visto por la mayoría de la prensa internacional que vió en el Rey a un “partidista” y no Mediador que era la expectativa).
      Presos políticos, antidisturbios (en un acto ilegal pero pacífico), toma de poder, etc. no solo no ayuda a “lidiar”con esa minoría sino que esta creando una gran resistencia y mala imagen a nivel internacional.
      Detalles de una realidad que es precisamente desde afuera donde se percibe con claridad y objetividad y los que están dentro -sufriéndolo- pueden no tenerla y quedarse inmersos en esos aspectos emocionales que van en detrimento de una visión global de lo que representa una represión en toda regla y no un retorno a la legalidad.

      Para terminar, nuevamente agradecerle su valiosa participación en mi blog y un llamado a la conciliación como única via para salir de esta situación y contemplar -también-a las minorías.

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