
Paris 1863: El “Salon des Refusés” exponente de reglas arbitrarias que identifican “bueno y malo”, “arte y no arte”.El Salon de Paris en cambio, sigue las reglas de las tendencias artísticas locales solo a través de modelos tradicionales, evitando así dar la bienvenida a la diversidad, y en definitiva al aprecio por nuevas formas de arte. Haciendo de la belleza un aburrido e inalcanzable objetivo en vez de un camino alegre hacia la perfección.
Tan importante es el tener principios y valores como que se adapten a los cambios y aprecien así inmensurable dimension que representa la diversidad. Un concepto substancialmente controvertido ya que actualmente es patrimonio de pseudo modernas teorías de género, transgénero y más. Sin embargo, las diversidades son la verdadera de esencia de todo…para todos.
Las diversidades son el propio significado de la naturaleza humana: el Universo en equilibrio, no asociada con la paz, equilibro y serenidad, sino la armonía que da lugar a una definición del Universo: demonio y paraíso , guerra y paz, odio y amor. Mas que contradicciones son un auténtico punto de equilibro que nos permite movernos así la propia evolución.
Un sistema global todo en uno supone desequilibrio en el equilibrio. Es la dualidad que le da sentido y es nuestra obligación reducir el impacto negativo no así destruir su naturaleza. no es una expectativa lógica que cuando el equilibrio se alcance no conllevara confrontación, ya que es parte de un necesario ciclo de evolución, no ya por sus extremos, que es el punto dramático donde fallamos en contrarrestar. La capacidad de evitar extremos y reducir el impacto negativo tomando lo mejor de si, es un trabajo de integración y búsqueda de la excelencia.
Por ejemplo, un debate en religión, filosofía o ideología tiende a manipular hasta el extremo porque gana popularidad, audiencia, votos, beneficios, etc. Sin embargo, es solo a través de la contradicción de dos posiciones diferentes que la sabiduría se demuestra y finalmente da nacimiento a cambios revolucionarios. Aceptar la diversidad es uno de los grandes pasos hacia una evolución positiva, revolucionaria y sabia.
Aún así, vivimos en un enorme “Salon des Refuses”, donde los standards y códigos son pre establecidos por un gran Emperador: las redes sociales, la prensa, la política, las instituciones globales, etc. Tristemente como diferencia de ese momento histórico, no hay ningún “Salón des Refuses” sino un enorme y único escenario caótico de aprobación del cual no se percibe diversidad alguna. Así es, códigos pre establecidos que deciden por si mismos si hay belleza o fealdad, si es correcto o equivocado, si es arte o no. Todo un sistema basado en estándares que no necesariamente están alineados con el pensamiento critico o con el conocimiento en técnicas y/o filosofa, sino simplemente moda que cambia a través de las décadas. Establecidos como si fueran “ley” impacta la sociedad con convicción, control, autoridad, y tristemente sin criterio profundo – o por lo menos uno consistente.-.
Todo aquel que pretenda contradecir, confrontar o luchar en contra del “código social” es inmediatamente considerado un inadaptado social, rebelde, raro, amargado o simplemente un “outsider”.
Quién hace las reglas en arte más allá de los lentes de un experto? Quién decide lo que es feo o bello? No hay respuestas certeras para ello, y así “naturalmente” el concepto de belleza depende the la opinion general o de una elite influyente. Aunque, cuando lo vemos a la luz del arte, tomamos conciencia de lo relativo que es y que tan intrusivo puede convertirse para aspirar a una definición precisa de lo que es “una buena pieza de arte”. Depende la cultura, la moda predominante o simplemente un momento histórico. Es precisamente lo que ha sucedido con el “Salon des Refuses” con la obra de Edouard Manet “Almuerzo sobre la hierba” criticada, rechazada, y finalmente convertida en un icono en su campo. O las pinturas de Vicent Van Gogh cada una de ellas valora en 60 millones al día de hoy, pero que fueron consideradas propias de un amateur en esos tiempos, y descriptas como “extraña, intensa y febril “. La lista es tristemente larga y habla más de la naturaleza humana que de arte. Un dilema que puede resolverse por un afirmación muy simple: todo es belleza porque es parte de la vida. Solo circunstancias, enfoques y lugares deberán decidir si se aplica o no a los objetivos. Es una cuestión de marketing mas que un estándar confiable y que a la postre se ha transformado en impreciso y cambiable. Un mundo global que se ha convertido en un grande y estridente “Salon des Refusés” donde la Prensa y las redes sociales están a cargo del establecimiento de códigos y estándares arbitrarios , aunque sin una visión crítica con un enfoque extremadamente autoritario. Sorprendentemente, pretende ser una especie de “Salon de Paris” perdiendo así la preciosa y apreciación de un arte profundo y significativo -en cualquier de sus formas -.
Debemos caminar hacia un abierto, flexible pero también exigente “Salon de Paris” no regido por estándares autoritarios , sino desde la capacidad de apreciar y evaluar equitativamente, lo bueno, lo valioso y el mensaje mas allá de estándares preestablecidos- Donde el “Salon des Refusés” se torne un espacio transformador que construya tolerancia y diversidad, no la homogeneidad y masificación de códigos extravagantes y fuera de lugar.
Un mundo global lo suficientemente paciente para respetar a todos, y al mismo tiempo, sabio como para ver en toda iniciativa un nuevo mensaje que contribuya a encontrar soluciones diversas y mucho mas exigentes para así hacer de la perfección y el expertise el máximo símbolo de belleza.
*https://lorimcnee.com/10-famous-artists-who-died-before-their-art-was-recognized/
*https://www.agora-gallery.com/advice/blog/2017/02/23/art-criticism-masterpieces/
*https://magazine.artland.com/10-controversial-artworks-changed-art-history/
*https://www.musee-orsay.fr/fr/oeuvres/le-dejeuner-sur-lherbe-904?cHash=ddd5ddebbe