He visto con perplejidad el rechazo a usar mascarillas o incluso al distanciamiento social, parece ser que lo ven como una forma de controlar “mentes y vidas” en vez de controlar la expansión del virus. Sin embargo, el único aspecto en común de los distintos movimientos y protestas es que no parecen atacar objetivos obscuros sino mantener la presión de un movimiento anti-sistema sorprendente y simétrico.
No es una coincidencia que luego de todos estos meses de pandemia es solo ahora que las protestas tienen lugar. Porqué no al comienzo? Es precisamente ahora que se toma conciencia que el virus es algo que se debe tomar con seriedad? O es simplemente cuestión de “controlar” que efectivamente miles de personas mueren en el mundo precisamente por la falta de protección? Estoy de acuerdo con la idea de “objetivos obscuros” en términos del propio origen del virus, que no está claro y se ve como algo misterioso. Aunque, cualquiera sea la razón, ya está aquí entre nosotros y está creando un devastador impacto. Con o sin confinamiento, el impacto en la economía es evidente y que ciertos sectores obtengan beneficios es solo un factor que agrega mas sombras, no a la amenaza presente sino a las verdaderas causas que originaron la pandemia.
Una vez establecido, no existen dudas de que sí es una emergencia, es por ello que el uso de mascarillas representa una consecuencia inevitable y lógica que permita movernos hacia delante dentro de la crisis. Esto es clave, negar es una forma de controlar mentes y sociedades
La aceptación es la forma madura de enfrentarse a ellos y continuar con nuestras vidas, inciertas pero casi normales. La idea de continuar exactamente igual que antes que irrumpiera la pandemia solo crea beneficios a objetivos obscuros y no al objetivo limpio de rescatar vidas y cambiar a un modelo global mediante mas y mejores mecanismos que construyan resiliencia a través de objetivos comunes.
Se ha estimado que la inmunidad por rebaño en España, uno de los países mas castigados, supone 400.000 muertes, solo si alguien tolera la pérdida de vidas –especialmente los ancianos- puede respaldar el no uso de mascarillas. Particularmente tomando en consideración que hay un número desproporcionado de caso asintomáticos por la falta de test masivos, transformándolo en un escenario aun mas amenazante. No se trata de los síntomas sino de las consecuencias. Puedes no tener que usar mascarillas por un sistema inmunológico poderoso o eres asintomático, pero hay muchas otras personas con un sistema de salud vulnerable que solo si respiras cerca de ellos sin protección les supondrá su muerte.
Mucha gente se recupera, muchos otros crean inmunidad, otros ni siquiera saben si han experimentado el virus, pero finalmente, como siempre sucede en tiempos de crisis, aquellos con salud y lo suficientemente fuertes para resistir deben proteger a aquellos que no lo pueden hacer por si mismos.
No usar mascarilla supone indiferencia hacia otros y no tener sentido de la propia protección. Sin embargo, parecería que resulta muy útil en términos político,s sorprendentemente algo tan simple como nuestra propia protección se ha convertido en una herramienta al servicio de otros intereses diversos de la seguridad en la salud. Hay verdaderamente intereses obscuros basados en medidas anti-sistema anárquicos y caóticos que el propósito de objetivos libertarios y/o que vengan desde una evaluación seria de la pandemia. Parecen mas esfuerzos anti-sistema, anti-gobierno y sin duda anti-globales.
El indicador de esta conclusión puede ser encontrado con la reacción de nacionalistas cuando irrumpió el virus como Bolsonaro o Trump. COVID19 se convirtió en otro asunto como “cambio climático” o “inmigración” que está allí para ser rechazado. Sin embargo, la pandemia cae por su propio peso y ambos líderes deben ceder ante la evidencia y aceptar que ambos países Estados Unidos y Brasil han sido devastados y las medidas de protección deben ser tomadas, como el uso de mascarillas.
Ello deja a los comentarios de los nacionalistas fuera de juego y los expone al verdadero significado de esta acción sostenida hacia el odio y la confrontación: grupos anti-sistema a la búsqueda de crear caos mas que acciones mejores a los efectos de afrontar las crisis.
No usar mascarillas es un claro ejemplo de como crear mas vulnerabilidad y no es el camino hacia la resilencia, sino a continuar una “vida normal”. Es precisamente la protección personal en espacios públicos que se traduce en la continuidad de nuestros hábitos diarios –incluido trabajos para aquellos que no tienen el privilegio de realizarlo de manera telemática- compras, ocio, deporte interior y al aire ibre, etc. Mucha de estas actividades fueron las primeras en ser canceladas, creando un impacto negativo en la economía y en la gente que ha visto su vida cambiar de manera radical.
Es tan importante innovar en como creamos-re-creamos trabajos- así como gestionamos nuestras emociones durante COVID19.
El uso de mascarillas permita mantener niveles de normalidad y rutinas que al final, ayudan a buscar mejores respuestas en vez de ver a los Gobiernos como la solución “todo en uno” para una pandemia que está exigiendo responsabilidades personales primero y por encima de todo. Si las protestas son la manera de salir de las crisis, hagámoslas rentables en términos de cambios, no solo con un espíritu reaccionario que no se llega a ninguna parte en términos de sostenibilidad o simplemente soluciones en el corto plazo.
Usa mascarillas!, no dejes que te controlen, protégete!