
Queridos amigos virtuales:
Espero estéis bien… ocupados, activos y divertidos en vuestras redes. Te escribo porque necesito que TÚ sepas lo que siento cuando busco tu conexión y tu generosa “amistad virtual”.
Tal como en la foto respiro hondo y disfruto del mundo virtual como desde un avión, nublado pero brillante, desde arriba pero sin perder la visión del suelo, listo para aterrizar pero disfrutando del recorrido, enfocado a un cielo abierto pero también abierto a cualquier turbulencia.
Recientemente recibí un mensaje de alguien, invitándome a explorar posibilidades para “ayudarnos unos a otros” ya que él cree en las “relaciones orgánicas en Internet”. Contrariamente otro contacto en LinkedIn , al poco tiempo de aceptar mi invitación me preguntó “¿en qué puedo ayudarte?” Parecería que mi invitación para conectarse se tradujo automáticamente en una invitación a buscar “excusas válidas” para conectarse, no en la libre y espontánea conexión de aprender uno de otro.
Otra persona que he conocido presencialmente quedó muy sorprendida al final de una conferencia en la que yo era Oradora al ofrecerle estar conectadas en LinkedIn. Me explicó que sus contactos era cuidadosamente seleccionados -no mas de mil personas- y que todas eran conocidas de tiempo y por supuesto, ninguna era solo virtual.
Otra persona con la que compartimos mas de cien contactos, y un area de trabajo my similar me explicó que necesitaba “acreditar” lugar físico en el que nos hubiésemos conocido.
Todas respuestas válidas vistas a la luz de la libertad individual, sin embargo muy poco apropiadas para la construcción de networking y crecimiento profesional en redes sociales. Es un arte, sin duda que necesita recursos, técnicas y una mirada nada conservadora. Los cambios tecnológicos actúales obligan a ir alineados con un cambio de mentalidad para poder estar a la altura. De alguna manera, la edad, o las habilidades con las redes termina siendo un hecho menor para aquel que sabe salir de la “caja” mental que resiste a moverse en un mundo que avanza digitalmente a pasos agigantados.
Siempre me he resistido a seguir a las masas, pero siempre he buscado actualizarme para estar a la altura de la evolución, curiosamente “sin necesitarlo” en términos prácticos, es exactamente esta actitud que permite innovar, no la presión externa, sino la interna, en esa ansiedad por zambullirse en una piscina desconocida, desafiante y muchas veces oscura.
Creo en las relaciones virtuales por su componente de libertad y así deben ser: virtuales y abiertas sin las limitaciones y prejuicios que conllevan las relaciones presenciales. Es precisamente la capacidad de relacionarse con los demás en libertad, sin compromiso y bajo reglas muy flexibles que tomo la iniciativa con entusiasmo de invitar a conectarse.
Buscando esa palabra, foto, gesto o frase que me haga reflexionar, aprender, analizar, emocionarme o incluso reír!
Más que nunca estoy aprendiendo… todos los días, casi sin esfuerzo de mi parte, solo la voluntad de crecer, intercambiar . Basando en la regla que llamo de las “3 A”: Aprender, Absorber y Agradecer.
¿Es que las presiones, expectativas y frustraciones provenientes de las “relaciones presenciales” se están convirtiendo en el motor que mueve esa parte de mi intimidad y me empuja hacia un espectro más amplio de relaciones?
Las redes sociales me han dado la posibilidad de un intercambio sin límites y no quiero resignarme a ello sino reforzar la sensación que tantas satisfacciones me ha dado mediante un mensaje de solidaridad productiva, entendida -pacíficamente- como de mutuo beneficio. No ya la tradicional idea de instituciones que a través de una agenda politico interna despliegan su actividad basada en autoridad -algunas veces autoritarismo-, y un equipo que trabaja en ellos como medio de vida y no ya como parte de su empoderamiento personal y profesional.
El voluntariado como parte de la actividad profesional no está bien entendido y viejos códigos de “trabajo” consiguen dejarlo fuera, en un terreno en donde no cuenta con reconocimiento social. Es precisamente estos nuevos caminos del ámbito social que nos deberían llevar, naturalmente, a explorar dimensiones innovadores y expandir el marco pre-existente.
No se trata de “ayudar a otros” de manera caritativa o desde un ángulo de poder o tal vez de espíritu de ayuda humanitaria, sino con la convicción que es la esencia de los nuevos tiempos y en donde, además se obtienen beneficios directos.
El significado de “ayudarnos unos a otros” en un mundo virtual es para mí despertarme por la mañana y ver un mensaje de aliento, una frase que me evoque el significado de gratitud, una historia que me haga llorar, una carta que me emocione, un post que impulsa la fuerza de la propia resiliencia personal, la pasión que transmite una foto de un alma valiente, o la sabiduría de un líder generoso.
He construido mi red a lo largo de los últimos años de evolución de la humanidad a golpe de crisis y nunca he dejado de sentirme asombrada, sorprendida y a veces conmocionada por la inmensa capacidad de unir a desconocidos en un terreno común de entendimiento… o no, pero ciertamente un terreno común y una oportunidad para abrir la mente aún más. Cuando así se enfoca, no solo el uso de las redes sino la vida profesional, el espectro de posibilidades de cambio se hace infinito.
Ese “estar ahí” dentro de una presencia sólida y aportes invaluables. Estando así conectados desde los aspectos más simples hasta los más complejos, desde los temas más atroces hasta los más bellos y plenos. Aún dentro del terreno de la odiosa manipulación, la aterradora falta de ética y la amenazante ignorancia, el conectarse a través de un networking global es la mejor manera de unir al mundo con distintos enfoques, ideologías y religiones bajo un mismo paraguas: la democracia: No global, ni local, sino el ideológico: el verdadero ejercicio democrático: eligiendo sus recursos, líderes y mutando acorde a los cambios.
Como Analista Político abordo temas duros sobre guerra, emergencias, odio, violencia, etc. en los que enfrento día a día la frustración de unas estrategias no orientadas a resultados y peor aún, la falta de voluntad política para afrontar los escenarios más devastadores. Desde las emergencias del cambio climático hasta la pobreza, la guerra, el dolor y ahora el odio que genera el aislacionismo y la actitud egoísta y la falta de visión hacia las crisis múltiples.
A su vez el constante impulso desde el Networking Global me ha permitido conectar con otras personas que creen que la acción conjunta, la pasión por la solidaridad y la unidad son los motores para ser, sentir y prosperar. El impulso de energía que atesoro cada día con mi intensa actividad me hace abordar el resto de mi trabajo como Analista Político desde una perspectiva diferente, dentro del drama pero no una actitud desesperanzada, desde el caos, pero también con vision de futuro, desde ese constante individualismo negativo pero no de la fatal de comunión para encontrar soluciones.
Entonces, querido amigo virtual, me ayudas no por un aporte matemático sino por el fluir de una relación constante de absorber, aprender y “degustar” experiencias y metas.
Gracias por estar ahí, VOSOTROS personas generosas que comparten su intimidad conmigo, VOSOTROS que están pasando por una terrible situación personal y no les importa enviar mensajes de aliento a pesar de todo.
TU que aceptas abiertamente mi invitación a conectarte sin conocerme, sin esperar nada más que el intercambio abierto dentro de una mente abierta a los nuevos desafíos.
TU ME INSPIRAS. CONFÍA que juntos crearemos un nuevo escenario más fuerte y mejor.
Gracias Sr/Sra conexión porque por primera vez en siglos tus sentimientos son mucho más importantes que tu nombre, país o actividad profesional, cuenta más lo que transmites que lo que entregas, vale mas tu voluntad que tus seguidores, importan mas tus intenciones que tu influencia. Porque tu capacidad de influir por primera vez, no necesita de fama, fortuna, posición o popularidad sino de tu única voluntad por ser tan solo: un micro influencer con macro objetivos en sostenibilidad.
Seguimos conectados
Saludos cordiales,
Mar. Introini