Siempre asociamos la Administración del Presidente Trump como un nuevo Estados Unidos principalmente por el slogan de su campaña “Making America great again”, nos quedamos con la idea de que se trata de una estrategia completamente nueva centrada en políticas nacionales y una visión anti-global.
Sin embargo, aunque parezca un gran cambio, especialmente cuando lo comparamos con la gestión de Obama o incluso con los tiempos de Bush, no lo es tal y hay una línea estratégica inamovible desde hace varios años.
No se trata de Partidos Políticos, no se trata de izquierdas o derechas- aunque así parezca en la Prensa: una confrontación violenta dentro de una pérdida completa de respeto, ética y sentido de Estado actualizado a la crisis nacional y global.
Mi conclusión es que hay una alimentación constante de confrontación, mientras que el status quo resta oculto y intacto. No ha sido sino hasta que el mundo fue testigo de los notorios fracasos de la guerra de Medio Oriente, como financiar “rebeldes” que la verdad se vió revelada: de una agenda de guerra a- literalmente- dominar la región, un objetivo contradictorio de aquel que pregonaban: contribuir a la paz e impulsar la democracia por medio de asistirlos en deshacerse de dictaduras. Luego de varias décadas de un doble mensaje es sólo creíble para la sociedad Americana, no para el resto del mundo.
Mas y mas la información esta siendo transparente y las comunicaciones fluidas hacen de la tarea de contrapeso de poderes algo fácil y al alance de los ciudadanos. La conciencia de esta verdad es lo que legitima a la gente local a demandar una total retirada de las tropas Americana, no porque no lo necesiten sino porque los objetivos se han vuelto muy distintos de lo que se supone que eran al incio. Luego del 11 de Setiembre todo el mundo se ha unido con Estados Unidos aceptando su intervención en Medio Oriente, no fue hasta la destrucción y ataques indiscriminados a civiles que el mundo cambió su mentalidad y ahora los ve como una amenaza a la paz global y no como un socio poderoso y confiable. Es así que se entendió que no se trataba de ser global o no, sino de Estados Unidos o no y el mundo elegió otros ejes de poder que satisfagan sus expectativas de resiliencia y no de poder per se para proveer de soluciones a el cambio climático, racism, pobreza, etc.
Reformulando la globalización, ideas para un futuro inteligente. Desde 2015 ha sido nuestra definición de cómo trabajar para un planeta mejor desde nuestra plataforma. He dedicado años a la investigación, análisis, estudiando desde diferentes perspectivas, siempre desde lo que considero un pillar “de facto” del sistema: la política. Tengo dudas sobre el poder real de un cada vez mas inefectivo y complejo sistema enmarcado dentro de modelos débiles de liderazgo, pero es un pilar aunque el “poder real” venga de actores externos: diferentes intereses privados y agendas viciadas ideológica o financieramente. Es a través de la política que todo el sistema se mueve y debe ser urgentemente reformulado con o sin el modelo global pero dentro de la cooperación internacional y el diálogo. El nacionalismo no tendría mayor influencia si no hubiera consciencia de la naturaleza global de las crisis y la necesidad de trabajar desde una visión conjunta. Es por ello que estoy abierta a nuevas formas de globalización y no precisamente el status quo actual que difiere profundamente de la idea original de conectar el mundo ampliamente sino también igualitariamente. Mucho de los resultados suponen una ralentización en transparencia y rendición de cuentas, convirtiendo en caos el Estado de bienestar mas que la solución, un marco no seguro hacia mejor el bienestar y proveer de estándares de seguridad basados en la sostenibilidad.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible han llegado para exponer todos aquellos errores que vienen de una sola raíz: un liderazgo político no libre. La presión que Estados Unidos está ejerciendo en destrozar estructuras globales expone la oscura agenda detrás de esos cambios – e incluso de aquellos que suponen están marcando la diferencia- ya que hay evidencia suficiente de la necesidad de aceptar nuevos desafíos como COVID19, cambio climático o viejos conflictos que están clamando por soluciones innovadoras (Medio Oriente, Africa, etc.) No hay contradicciones para la cooperación internacional fuera de organizaciones globales pero si hay un impacto dañino si hay boicot a la unión de Naciones. En términos reales, no hay mucha diferencia desde Estados Unidos para estar fuera de UNESCO, mas que un paso simbólico hacia la creación de la supremacía de un poder militar sin rendición de cuentas. Sería mas lógico que se separaran de la OTAN mas que de UNESCO, la preservación del patrimonio histórico no marca la agenda política sino una oculta, no muy clara en objetivos específicos pero sin duda en ganar poder y deshacerse de un equilibrio global.
Recientemente hemos sido testigos de los devastadores avances de COVID19 en Estados Unidos y el sorprendente mensaje de “dejar que pase”: no uso de mascarillas, sin distanciamiento social, eventos multitudinarios, actividades de negocios, teniendo como consecuencia un incremento del número de muertes y un número record de contagiados. Es con gran alivio que hemos escuchado al Vicepresidente Pence alentando el uso de mascarillas, nuevamente vemos como el mensaje institucional no está en coherencia con otras “fuerzas” que están llevando la población al caos.
Si el uso de mascarillas está siendo el problema y no el uso de la palabra “libertad” como una palabra mágica que soluciona todos los vacíos: negocios, violencia o éxito personal, aunque no parezca ser el medio mas inteligente para superar una crisis de esta magnitud y finalmente entrar en la sostenibilidad –incluido a nivel nacional- Una sociedad extremadamente fácil de manipular y con un sentido de libertad basado en lo que la Prensa o líderes viciados les cuentan estando construyendo un mundo aislado, extraño, pequeño y extremadamente vulnerable a crisis internas y permeable a la violencia.
No es un secreto, alimentar agresión y confrontación es uno de las claves estratégicas para una “vieja tendencia Americana” que ahora con el Presidente Tump se ve como “nueva”, pero es solo la consolidación y la idea fantástica que Estados Unidos y sus ciudadanos son la tierra de los privilegios en vez de una sociedad actualizada, manipulada por lobbies y quedando expuesto en todo el planeta por intereses privados mezclados de manera irresponsable con asuntos públicos,.
El proyecto original de crear un super poder global como eje de influencia ha fracasado y el resto del mundo y particularmente China y Europa están trabajando como punto de equilibrio de todos aquellos vacíos que Estados Unidos ha dejado con el ambicioso objetivo de convertirse en un superpoder.
BRICS ha llegado para exponer que un modelo de auto resiliencia y desarrollo nacional –similar al de Estados Unidos- debe estar centrado en la cooperación internacional para ser efectivo. Es una visión filosófica diferente de la cual la estabilidad global viene del impulso al desarrollo y el incremento de niveles de bienestar en todos los países.
Solo a través de la acción y el respeto a intereses nacionales y culturales es cuando se crea estabilidad y se logra prosperar mediante el aprendizaje de unos a otros. Una buena explicación del porque el imperio Americano está colapsando, no precisamente por su falta de recursos sino por la falta de capacidad de aceptar los cambios y moverse hacia la innovación.
La innovación en tecnología sin innovación hacia nuevos enfoques da lugar al poder en mano de élites que ni siquiera se preocupan por intereses nacionales.
El sistema de salud ilustra perfectamente como en Estados Unidos un solo grupo de lobby puede condicionar el resto de la Nación sin mecanismos de contrapesos.
Recientemente la cruel muerte de George Floyd nos recuerda la necesidad de ser precisos en nuestros reclamos ya que se trata de crear mejores sociedades con mas garantías y no crear inestabilidad y fractura-también dentro del comunidad negra- la presencia del KKK en las protestas violentas nos hace sostener que hay una verdadera agenda para alimentar la violencia y no para construir paz.
En vez de un mensaje en relación a reformas del sistema policial o de mas poder a la sociedad civil, nos encontramos con una vieja reivindicación de la vida de los negros que fuerza a la gente a vivir luchar y temer como en tiempos de Martin Luther King donde no había marcos legales, un signo de intereses viciados y no de reclamos limpios y dirigidos contra el racismo. Luego que el Presidente Barack Obama llegara al poder, se ha cambiado el enfoque sobre la comunidad negra y la sitúa dentro de una posición completamente diferente en la sociedad American en donde hay lugar para la negociación y el diálogo, no la destrucción.
La gente está volviendo atrás, literalmente, creando inestabilidad y violencia, sorprendentemente es uno de una larga lista de eventos que cada año Estados Unidos está sufriendo. Primero con los Musulmanes y el 11 de Septiembre, luego los Rusos y las elecciones, ataques aéreos a la población civil en Medio Oriente, tiroteos masivos y ahora la comunidad negra está bajo amenaza, por lo que surge aun mas violencia.
Parece ser que siempre existe una razón para la violencia y un status quo no resulto en el cual una violencia sin fin es la verdadera agenda y no la capacidad de aprender y crecer de los conflictos. Es por ello que, aunque el Presidente Donald Trump no parece ayudar mucho en crear cohesión y una sociedad sostenible conectada globalmente, es evidente que hay una agenda mucho mas compleja mas que una política que está liderando el país hacia el caos – y en el corto plazo económica y financieramente-
Tiempos de crisis, tiempos de cambio.
Reformulando América dentro de un nuevo modelo de globalización.