
La semana pasada he tenido la enriquecedora oportunidad de participar en el panel “Democratización de la Sostenibilidad” en ocasión del evento digital de Women Economic Forum desde Colombia. En el he abordado los distintos aspectos que hacen de la Sostenibilidad no ya un patrimonio de organizaciones globales y de Naciones sino de los ciudadanos, individualmente considerados y su capacidad de transformación dentro de las propias comunidades.
Luego de COVID19 este proceso de volver a las raíces de la democracia se ha visto mas evidente, con un impulso renovado, dando alas a la idea de detentar el poder desde lo virtual y desde nuevos actores y plataformas que permitan influenciar con un sentido de comunidad, solidaridad y empatía.
Para ello, y en el contexto de un evento dirigido al empoderamiento femenino adquiere particular importancia el explorar el rol de la mujer y las políticas e instituciones dirigidas a la igualdad de Género desde nuevas dimensiones. Analizando el ODS 5, me planteo que la búsqueda de la tan ansiada “igualdad de género” tiene que verse desde nuevas aristas, como una igualdad cosmopolita, esa que entiende de colores y matices. No aquella descafeinada, que apuesta a compartimentos estancos y privativo de un género u otro, homogénea y gris que dista mucho del imprescindible poder de la diversidad y la maximización de talentos.
Cada vez mas vemos como la responsabilidad individual frente a los nuevos desafíos y en particular con COVID19 adquiere nuevas formas, lo que es trascendente a la hora de ver cambios revolucionarios en el sistema. Es en ese sentido que el discurso de equidad abierto y holístico debe estar presente como factor de iluminación ante la búsqueda de soluciones efectivas y no el discurso oscuro que lo lleva al terreno político o aun peor, al político-partidario.
Vemos con frustración como la igualdad de género se traduce en organizaciones políticas, con mecanismos politizados y manipulados en vez de estructuras libres de pensamiento y acción. La dependencia con el Estado ya sea por subvenciones o por partidos políticos hace de las llamadas “organizaciones de mujeres”, entes sin criterio propio y sin libertad suficiente para efectivizar cambios actualizados y a la altura de los desafíos por venir.
Los verdaderos cambios vienen de la aplicación de objetivos globales, tal y como es el espíritu de los ODS. Es con este sentido que Women Economic Forum busca trabajar desde una plataforma global y virtual el empoderamiento femenino teniendo como base la unión y empatía entre mujeres intentando llenar el “she for she gap” por medio de organizaciones locales de la red All Ladies League y las distintas iniciativas incluida la de negocios como es SHeconomy o la Cámara de Comercio de la Mujer de la India, WICCI y sus más de 65 Consejos Bilaterales en todo el mundo.
La innovación y creatividad a la hora de obtener una Igualdad de Género tangible pasa por plataformas e iniciativas que busquen unir mujeres mas allá de tradiciones, religiones y culturas, desde lo individual y no de estructuras tradicionales. Es por ello que COVID19 nos da una oportunidad única para potenciarlo desde lo virtual y continuar este camino hacia la Agenda 2030 de manera diferente. No mas de lo mismo, sino el complemento y equilibrio de todos: instituciones- ciudadanos, sin la presión de jerarquías verticales. La búsqueda de la sostenibilidad, desde un proceso sostenible como lo es la acción conjunta, la solidaridad y empatía, en un ejercicio de creatividad y de campaña permanente hacia lo global.
A diferencia de otras épocas donde existían espacios privativos de debate, ahora las redes sociales permiten conectar directamente con los centros de poder sin escalas, y sin jerarquías, lo que hace revalorizar lo que es el empoderamiento individual y por ende, el rol de la mujer y sus particulares necesidades de cara a un mundo en crisis, global y mas interconectado que nunca. Ese homeschooling para adultos que nos ayuda a crecer sin etiquetas y sin presiones, solo la voluntad por aprender aprovechando el misterioso mundo de lo virtual.
A modo de conclusión, apelamos al ODS 17: alianzas, como un objetivo de desarrollo sostenible de carácter catalizador para el resto. Es fundamental contar con el apoyo, conexión y empatía de todos –hombres y mujeres- así como innovar en las plataformas y redes de contactos para conseguir, primero que nada, unir mujeres. El cultivar solidaridad es uno de los principios básicos y un “must-have” para poder potenciar cualquier posición de poder que tienda al empoderamiento femenino. De no ser así, estaremos en burbujas que no son sostenibles con el paso del tiempo y que no dejan huella, mas allá que para sus miembros.
Explorando nuevas formas de empoderamiento femenino…..con Women Economic Forum.