
Como un ajedrez todas las piezas son necesarias sobre el tablero, sin embargo, es solo mediante la aplicación de reglas y visión estratégica que funciona, cuando jugamos y no solo observamos, cuando tienes una posición para ganar un juego no solo para participar.
Esto es justo lo que necesitamos para hacer de la “euforia” de las redes sociales una red que construya relaciones mediante mover de manera efectiva todas las piezas y transformarlas en un agente de cambio.
Aunque demos importancia al número de seguidores, tal vez viniendo de la idea de que es un punto de referencia de éxito, no es necesariamente así y sin un ejercicio sostenido de intercambio, se torna un juego en donde nadie gana y sin impacto para un caótico planeta que desesperadamente lo necesita. Nos hemos acostumbrados a visitar páginas llenas de imágenes y luego darnos cuenta que se mueven a un ritmo diferente, la velocidad de la visita es la misma que su impacto: inefectiva y corta, condiciones inadecuadas para construir un mundo resiliente y sólido en sus acciones.
Hemos aprendido que el poder de las imágenes es mas fuerte que el poder de las palabras y con ello sus tristes consecuencias.
Si miramos las cuentas mas populares de Twitter vemos que no es precisamente networking –como podría esperarse- sino la simple acumulación de seguidores en su mayoría buscando entretenimiento.
Tal vez no el caso que se aplica a la cuenta del Presidente Trump o Barack Obama, pero tomando en cuenta el marketing político estratégicamente centrado en crear show, vemos que nuevamente, los resultados están medidos a través de los lentes de estar sobre el escenario.
Una realidad devastadora y muchas veces cruel que exige de ser abordada de manera diferente y hacer de la política virtual no un show sino una herramienta dinámica que provee de información dentro de un vocabulario accesible para todos. Sin embargo, el escenario se reduce a debates que exigen un alto nivel de expertise o simplemente entretenimiento sin ética. Es de verdad muy difícil encontrar un análisis serio sin perjuicios ni teatros. Tristemente se entiende que es una manera de ganar votos ya que la gente está empujando sistemáticamente a conectar en una base simplista, no para aprender, solo entretenerse sin mayores reflexiones.
Si no nos aseguramos que haya un trabajo mas sofisticado desde los usuarios lo que hacemos es simplemente dejar a las redes sociales ser una herramienta de lavar cerebros para manipular y obtener así oscuras agendas.
Muy lejos de lo que debe ser: plataformas que impulsan creatividad y generaciones de mente abierta que interactúan, intercambian y construyen nuevas estructuras en torno a alternativas digitales dentro de un mundo sumergido en múltiples crisis que exigen precisamente nuevos y frescos pensamientos.
Está probado que el uso adecuado de las redes ayuda a construir relaciones profesionales sólidas y desarrollar enfoques innovadores, además de que es una oportunidad preciosa para relaciones personales, diferentes pero también empoderadas con la confianza y confort que representa el mundo virtual.
Si no, es un negocio solo para algunos: vender productos, manipulación política partidaria, alimentación de odio, difundir mentiras, etc. Pensamientos mediocres que nos llevan a ninguna parte. Teniendo como resultado precisamente lo contrario de lo que han sido llamados a ser: división y desinformación.
Parece que “conocer gente” es parte de nuestro “must-have” para tener éxito porque nuestras redes sociales y nuestro network profesional nos hace creer que necesitamos movernos hacia delante a través de una amplia variedad de personas, pero, es realmente necesario? Es realmente lo que nos hace profesionalmente exitosos o personalmente realizados?
El verdadero networking es mucho mas que eso, no solo en los aspectos profesionales, es la conexión real y el intercambio en una acción constante.
Este es el gran misterio del networking: un trabajo personal diario que muchas veces puede adquirir diferentes formas acorde a cada lugar, personalidad y cultura. Una dimensión versátil que nos ayuda a crecer si tomamos los pasos correctos –personal y profesionalmente
Es un desafío, mantener un network vivo y trabajar para ello en sus términos reales, no como un contador de seguidores sino de una audiencia involucrada y una acción comprometida hacia el aprendizaje desde el intercambio y la conexión profunda alrededor de los mismos intereses.
Hay una persistente focalización en visibilidad no desde un mensaje de sabiduría sino de objetivos en el corto plazo en vez de un objetivo de largo plazo para una oportunidad única de cambio, transformándola en una plataforma extraordinaria de innovación e ideas creativas y no un juego adictivo que tiene el mismo resultado una y otra vez.
No es trata solamente de esfuerzos individuales como normalmente se da, sino de la capacidad desde las distintas plataformas de guiar en como y cuando interconectar, no simplemente sumando personas sino creando resultados mas allá de la propia estrategia de la plataforma. No simplemente imágenes a las que visitar sino de enviar un mensaje, no aparentar sino de una acción conjunta efectiva y creativa.
La mayoría de las veces la foto mediocre, el video, comentario, etc. es precisamente parte del objetivo: plataformas que no son sofisticadas se tornan completamente irrelevantes y permiten que surjan pensamientos simplistas. El rol de las plataformas en coordinación y guía es clave para mantener un equilibrio e impulsar la creatividad de una manera masiva con un efecto boomerang para el resto.
El networking supone el uso de conexiones como un ajedrez: diferentes piezas dispuestas estratégicamente posicionadas que trabajan con creatividad para ganar un juego a la acción conjunta y la sostenibilidad en donde los jugadores compiten para realizar la jugada mas inteligente. Haciendo de las redes sociales una herramienta revolucionaria y no un jaque mate contra la transparencia, rendición de cuentas y la resiliencia.
